IDUS DE MARZO o SITUACIÓN PRECRISIS (Por Catón)
Según el escritor griego Plutarco, César había sido advertido del peligro, pero había desestimado las advertencias:
Lo que es más extraordinario aún es que un vidente le había advertido del grave peligro que le amenazaba en los idus de marzo, y ese día cuando iba al Senado llamó al vidente y riendo le dijo: "Los idus de marzo ya han llegado"; a lo que el vidente contestó compasivamente: "Sí, pero no se han ido".
Las situaciones difíciles sólo se arreglan cuando hacen crisis. Tenemos una Administración tan dada a la dejadez que no remedia un barco que hace aguas hasta que se va a pique.
Luego es fácil explicar a posteriori lo que no supimos predecir a priori. Pero...
¿Está haciendo aguas el barco de la seguridad alimentaria andaluza?
· Las competencias entre los cuerpos de inspectores no están claras. En unos distritos las frutas y verduras son asumidas por los farmacéuticos y en otros por veterinarios. La situación vivida en Almería con los pimientos ha demostrado que circulamos por el filo de la navaja.
· Graciosamente nos ha sido otorgada otra función, la del tabaco. En general no se le está prestando mucha atención, pero hay distritos en pleno que se han negado a asumirlas. Y no se hace. Y no pasa nada. Los veterinarios dicen, seguramente con razón, que en su decreto de funciones no puede encajarse: Todas aquellas actividades que contribuyan a la vigilancia, evaluación y control de riesgos ambientales que, en materia de veterinaria de salud pública, puedan afectar a la salud de la población. Y por simpatía muchos farmacéuticos también se han negado. En el blog amigo http://veterinariosa42.blogspot.com/ figura uno de los muchos escritos que se han presentado indicando que no tenemos competencias. Y debe ser verdad cuando no dicen nada.
· Se ha establecido un sistema para gestionar alertas que ocurran fuera del horario laboral habitual. Con dotación económica. En éste mismo blog se puede ver como funciona.
· Los SCIRIS habituales en cada Distrito se hacen de una forma. O mejor en cada pueblo. Si no tiene lista de distribución: paripé en cualquier sitio y objetivo cumplido.
· Realiza la administración un esfuerzo para informatizar la recogida de datos de las actuaciones en seguridad alimentaria. Compra un programa, el SIGIA, y unos ordenadores,. El programa no funciona (es extremadamente lento tedioso y repetitivo), supone una enorme carga adicional de trabajo para que licenciados del cuerpo superior facultativo de instituciones sanitarias pierdan gran parte de su tiempo para introducir datos que no le aportan nada para su trabajo diario. En general, no se hace. Y como todo en nuestro entorno: nos ignora de forma ignominiosa. Baste un ejemplo: gestionas un nuevo número de registro sanitario, haces la mayoría del trabajo de la Administración y finalmente envías la propuesta favorable. Le conceden al industrial la autorización y tú ni te enteras. ¿Para qué? Si no pintas nada. Para el sistema no eres nadie.
· Se plantea si vamos a seguir en el SAS, vamos a pasar a depender de la DGSPyP, si iremos a la Agencia de Seguridad Alimentaria, o a un órgano específico de Salud Pública (por supuesto nadie nos pide opinión, ¡faltaría más!). Y a nosotros nos importa un bledo. Sólo queremos recibir algo de “cariño” de alguien, simplemente dejar de ser los parias de la Junta de Andalucía, que alguien se interese por lo que hacemos o dejamos de hacer. Rara vez se acuerdan de nosotros, y si lo hacen es para empeorarnos la situación.
· ....y finalmente la sentencia 64/07 que anula una parte de la convocatoria de oposiciones de veterinarios ¡del 2001!. Y no es firme aún (parece que habrá que esperar unos cuantos años), con la desmoralización, desincentivación y situación de ansiedad que provoca.
Todo esto viene a añadirse a la pésima situación laboral de que “disfrutamos”:
· Olvido parte de la administración en las regularizaciones de sueldos. Desde 2002 somos los únicos trabajadores de la junta de Andalucía a los que se nos ha subido siempre el sueldo por debajo del IPC (sólo el 2%)
· Nos quitaron la productividad variable y nos la cambiaron por: nada
· Nuestros compañeros de Centro de Salud tienen carrera profesional: nosotros no
· En Andalucía oriental se está generalizando el cobro del nivel 25. En la occidental no. Y con efectos retroactivos desde el 2003. Nuestra Junta aplica el art. 14 de la Constitución con (o por) el culo.
· Nos llevan engañando dos años con los objetivos. Prometen que va a haber dinero y a la hora de la verdad nada.
· Horarios nocturnos, de tardes, de fines de semana y festivos sistemáticos sin compensación alguna
· Vehículo familiar a disposición del SAS: gasolina, revisiones, impuestos, seguros, averías, multas, puntos....
· Teléfono móvil a disposición del SAS, (aunque ya hay distritos en los que se ha dotado a los A.4 de móviles corporativos, pero mejor no los menciono por si se lo quitan)
· Se supone que somos “Dispositivo de Apoyo al Distrito”. Te pueden enviar a cualquiera de los municipios. Y tenemos un complemento de “Dispersión Geográfica” que retribuye la “mera disponibilidad del desplazamiento a distintas entidades de población”. Pero el complemento no te lo pagan según el número de entidades para las que “estas disponible”. Nos lo están robando. (Bueno, en varios Distritos sí se lo pagan, pero tampoco los diré por si se lo quitan, me temo que depende de la “fuerza o ganas de fuerza” del coordinador.)
Añadamos una dosis de desidia, desincentivación, cabreo, mal rollo, desesperanza, ansiedad, asqueo, desconfianza, incredulidad, depresión... por cada una de estas causas y tendremos el perfil de los encargados de la salud ambiental y alimentaria de la imparable Andalucía.
En fin, nos encontramos en una situación en que más vale que los Operadores de Empresa Alimentaria controlen bien sus productos, aquí y en el extranjero, porque como se presente una crisis alimentaria de mediana envergadura.... “que Dios nos coja confesaos”
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Según se cuenta, Calpurnia Pisonis, la mujer de Julio César, después de haber soñado con un presagio terrible, le advirtió a Julio César que tuviera cuidado, más éste no hizo caso de su advertencia diciendo: Sólo se debe temer al miedo. Después de la muerte de Julio César, estalló una lucha por el poder entre su sobrino-nieto César Augusto, a quién adoptó en su testamento, y Marco Antonio, que culminaría con la caída de la República y el nacimiento del Imperio romano.
Las advertencias son muchas y ninguna es tenida en cuenta.
Espero que no lleguen los momentos de las lamentaciones.