SOBRE DOS ASUNTOS EN LA PALESTRA (por Phoebe)

En el enrarecido ambiente laboral en el que nos movemos últimamente, os doy sólo algunas pinceladas sobre dos temas de última hora, sobre los que, con toda probabilidad, tendremos que volver y ampliar o rectificar información más delante:  

- Se oye, se rumorea, se comenta que el nuevo “organigrama” de Salud Pública en Andalucía, en el tema de Seguridad Alimentaria, está a punto de ser pilotado en uno o varios Distrito Sanitarios. En este nuevo esquema organizativo, en el que presumiblemente abandonamos el SAS y pasamos a depender de la Consejería de Salud, adquieren relevancia (lógicamente) los Servicios de Salud Pública de las Delegaciones Provinciales, y pueden pasar a segundo plano, e incluso a ser historia, algunos puestos y jefecillos de reciente “creación” en los Servicios Centrales del SAS, léase en la Dirección General de Asistencia Sanitaria, en la Subdirección de Coordinación de Salud.

   Muchas preguntas en el aire ante este nuevo esquema organizativo: ¿dónde quedamos ubicados físicamente? ¿y los coordinadores? ¿a qué se dedicarán los técnicos de salud ambiental de los distritos? ¿hay personal suficiente y medios en las delegaciones provinciales? ¿en qué quedarán las directrices que están emanando de los servicios centrales del SAS en los temas de salud alimentaria y ambiental? ¿pasaremos a ser funcionarios con todas las de la ley, es decir, funcionarios de primera?, etc... 

-  Mientras tanto, por dichos Servicios Centrales,  se nos remite el Acuerdo (o más bien Desacuerdo) de Gestión 2007, con los objetivos previstos, para su estudio, valoración ... e imposición posterior. Y sin saber nada “concreto” (es decir, en euros) de los incentivos económicos, tanto de los del 2006, como los previstos para el 2007. Y con algunas novedades, como por ejemplo la ficha de perfiles de trabajo para cada uno de nosotros.

  Esta fichita, presentada en su día y “discutida” como grupo de trabajo en el encuentro de responsables ocurrido en la costa de Zahara de los Atunes (Cádiz), tiene como objetivo principal, digan lo que nos digan, controlar exhaustivamente nuestro trabajo diario, con la finalidad de poder justificar la toma, en su caso, de determinadas actuaciones sobre personas concretas; para ello han encorsetado la realidad de nuestras funciones para adaptarla a unos indicadores totalmente teóricos y poco flexibles, en los que no se  han tenido en cuenta, por ejemplo, el estudio de proyectos para la apertura de establecimientos alimentarios, las propias visitas de inspección para la apertura de establecimientos (que por ser nuevos, lógicamente no están clasificados), etc. Además en dicha ficha de perfiles se opta, a través de criterios desconocidos que no van en concordancia con las estrategias emanadas por la Consejería de Salud, por utilizar la clasificación por riesgo (cuya base es la planificación de supervisiones de seguridad alimentaria y no las inspecciones) para programar las inspecciones/año, asignando incluso frecuencias diferentes a las definidas por la Consejería de salud (por ejemplo, 4 controles/año para industrias tipo A en lugar de  2/año, así como 2/año para las tipo B en lugar de 1/año, etc.) así como por incluir los establecimientos no clasificados en el grupo B y  hacer desaparecer el grupo E  totalmente, etc.... Y no se aclaran objetivamente los tiempos dedicados a actividades de gestión (como la mecanización del SIGIA a velocidad de tortuga), atención al usuario, etc...

  Me gustaría saber si el resto de personal del SAS está sujeto a una ficha de “perfil” tan  limitada y poco moderna, y que nos recuerda inevitablemente a absurdos partes que cumplimentábamos años ha..., o somos en este aspecto (como en otros muchos) los únicos agraciados con esta lotería.

  Y digo limitada porque, como en otras ocasiones,  creo que no busca un avance en la calidad de nuestras actuaciones, ni tampoco realizar estudios de análisis de tendencias como mecanismos de evaluación;  todo lo contrario, a mi modo de ver su objetivo es el avance en la “cantidad” (es decir, subir los números a toda costa), pero con el agravante de actuar como mecanismo controlador del inspector.